El apoyo

Constituye otro de los ejercicios denominados de lateralización, junto con la espalda adentro, cesión a la pierna y cabeza al muro.
Los beneficios son la flexibilización al máximo de la columna vertebral, los músculos del cuello y de sus espaldas.

Ya hemos indicado en más de una ocasión que la enseñanza de la equitación es progresiva, de menos a más, debemos preguntarnos si es capaz de ejecutar con cierta fluidez los ejercicios indicados más arriba, englobados en la cesión a la pierna. El apoyo lo podríamos definir como un desplazamiento lateral -con movimientos de abducción y aducción- fruto de la combinación de la espalda adentro y la cesión a la pierna y también diagonalizado, que se basa en el avance del pie y su mano contraria o bípedo diagonal. Debe marchar y aproximarse paralelo a los lados mayores, con una ligera incurvación en torno a la pierna interior y siempre a favor de la dirección que lleve en la  marcha. Procuraremos que precedan las espaldas situadas ligeramente por delante de la cadera.

Aunque, como ya hemos dicho, es un trabajo similar a la cesión a la pierna convencional, la diferencia es que en ésta posiciona el cuello y cabeza sensiblemente al lado contrario de la marcha y en el apoyo, la incurvación general va a favor del sentido de la marcha, o mirando adonde va, pero sin esfuerzo ni tensión. Es también importante aclarar el concepto de incurvación, que debe ser uniforme desde la nuca hasta la cola. Imaginemos un arco que tensamos para lanzar una flecha, su incurvación va a ser constante, ésta es la idea.


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